Mi primer crucero - Rondó Veneciano


RONDÓ VENECIANO - 2004 - BUQUE R6 BLUE STAR 18/10/2004 - 25/10/2004

Santorini (Pitupo)
Sin duda este crucero nos marcó, fue nuestro primer crucero y creo que entramos por la puerta grande, la afición a este tipo de viaje se instaló dentro de nosotros para siempre.

Estuvimos bastante tiempo barajando la posibilidad de hacer un viaje diferente aprovechando nuestras bodas de plata para conocer ciudades a bordo de un crucero. Muchas fueron las dudas pero gracias a unos amigos que nos recomendaron este barco y a la información recopilada en Infocruceros, decidimos navegar en el R6 Blue Star de Pullmantur.


RESUMEN DE NUESTRO PRIMER CRUCERO:

Nuestros primeros pasos a través del foro fueron muy positivos ya que comenzamos a hacernos una idea de lo que podíamos encontrar en nuestro viaje. Información detallada de las ciudades que íbamos a visitar, como serían los interiores del barco. El catálogo que nos dieron en la agencia nos decía mucho de él pero en realidad, la sorpresa nos la llevamos al llegar. Los dos meses que teníamos por delante hasta la fecha de nuestro viaje se hicieron relativamente largos, hicimos amistad en el foro con algunas personas pero a la hora de la verdad compartimos todo el viaje con otras, creo que valió la pena.


Tras el vuelo en el Boeing 747 de la propia naviera Pullmantur y que fue perfecto, nos cruzamos en los pasillos de la terminal aeroportuaria de Atenas con los pasajeros que volvían del crucero anterior al nuestro, Unos pasajeros de nuestro viaje se cruzaron con unos conocidos que regresaban del mismo crucero al cruzarse comentaban ¿quien ha dicho que los barcos no se mueven?, ya veréis lo que es bueno. Desde ese momento comenzamos a preocuparnos un poco por el asunto pero se nos pasó al momento debido a nuestra gran ilusión.

Guardamos un gran recuerdo de nuestra llegada a la terminal ya que el primer crucero marca mucho. Después de hacer todo el papeleo y darnos el visto bueno para embarcar, nos vimos delante de aquel “mamotreco”, el R6 estaba en esa época pintado en azul marino tirando a negro de mitad hacia abajo y al observar la escalinata por donde teníamos que subir y toda la iluminación que deslumbraba a través de sus ventanas, nos impresionó de tal forma que no hemos tenido a día de hoy, otra sensación igual.

Al entrar al barco nos recibieron a toque de violín, el decorado del barco era lujoso y las escaleras que daban acceso a la planta superior desde la recepción estaba cubierta de moqueta en tonos rojos, en esa planta superior se encontraba un piano cuyo pianista no paraba de sacarle partido.

Olimpia (Pitupo)
Nuestro camarote se encontraba en la planta de recepción, era exterior ya que al reservar el crucero con tan poca antelación no quedaban balcones y la diferencia de precio era mínima, era un camarote muy acogedor con un sofá de dos plazas y colores algo oscuros, no tuvimos ruidos en todo el viaje y se dormía de maravilla.

Nos asignaron una mesa para dos junto a una ventana con vistas al mar, justo al lado teníamos tres matrimonios que se las daban de “pastosos” y cuando les saludábamos al llegar o retirarnos ni nos contestaban, nos sentíamos algo relegados por culpa de estos maleducados hasta el punto que le pedimos al maitre si nos podía cambiar de mesa, no se (contestó) (el barco va lleno pero no se preocupen que hay un matrimonio que no esta bajando al comedor en lo que llevamos de crucero), hablaría con ellos y si no iban a bajar nos asignaba su mesa (nos dijo), efectivamente nos dio una sorpresa cuando bajamos el tercer día, nos asignó una mesa igualita a la nuestra junto al gran ventanal. De vecinos (qué casualidad) teníamos a dos familias de Torrevieja y a un matrimonio y su hijo de Alicante con los que por supuesto pasamos un feliz crucero, el inglés de alguno de ellos nos ayudó mucho en nuestras excursiones.

Palacio Achillion (Pitupo)
La comida y la atención fue en todo momento excelente, las cenas estaban amenizadas por el violinista (muy romántico) para un crucero en el que celebrábamos nuestras bodas de plata, tuvieron el detalle de obsequiarnos una noche por sorpresa una tarta y nos cantaron el "aniversario feliz". El barco era más pequeño que los que últimamente hemos conocido 30.200 tns. (pero en ese momento tampoco entendíamos de tonelajes ni de nada relacionado con los barcos, simplemente nos gustó muchísimo, hoy en día han pasado a otras compañías pero siempre mantienen el estatus de barcos de lujo, ¿quien no ha oído hablar de los R.?. Nuestro camarote era el 4.031 y el precio en aquel momento era de 1.049 € + 145 € de tasas y 60 € de propinas por persona para que os hagáis una idea con los precios de hoy en día Nuestras escalas fueron: Atenas, Santorini, Katakolon (Olympia), Corfú, Dubrovnik, Ravenna/San Marino, Venecia. De las escalas que tuvimos y a modo de resumen diré que Atenas la recorrimos en taxi y nos fascinó. Santorini fue como vivir un sueño ya que nos despertamos y al ver el exterior a través de nuestra ventana observamos esos majestuosos acantilados con el pueblo de casas blancas en su cima, el mar estaba como una balsa de aceite con una ligera bruma mañanera y el azul del mar era oscuro debido a la profundidad de la olla, desde arriba de Fira pudimos observar la fabulosa vista que teníamos frente a nuestros ojos con nuestro barco anclado en la caldera, ni que decir tiene que a día de hoy hemos vuelto dos veces más (por algo será). Olympia, a pesar de tener un gran museo, ruinas y el primer estadio olímpico, no fue una de nuestras escalas preferidas, el desplazamiento hasta allí era algo largo y lo hicimos con el bus del barco

Corfú nos encantó, visitamos en Taxi el palacio de Sissi (Achillion) y recorrimos toda la isla, no nos dio tiempo de subir al castillo pero lo que vimos nos gustó, el regateo con los taxis fue algo engorroso pues elevan los precios bastante y no estábamos dispuestos a que nos sablearan.

Subrovnik (Pitupo)
Drubrovnik, muy bonita la ciudad amurallada y también hemos vuelto otra vez más. El barco nos dejó en la zona cercana al puente con lo cual tuvimos que desplazarnos en taxi (10 € por trayecto), subimos a las murallas y pasamos un día de auténtico calor, recorrimos la ciudad totalmente restaurada desde la última contienda, es un lugar precioso en el que da la sensación de haber vuelto a otra época. Recorriendo sus estrechas callejuelas  que rodean la calle principal encontraréis muchos restaurantes donde poder degustar productos frescos del mar y unas buenas cervezas, nosotros lo hicimos y no seguimos comiendo ya que teníamos previsto comer en el barco. Es típico también el helado pero como estoy acostumbrado al buen helado de mi tierra este para mí no es gran cosa, reivindico el helado de Jijona, jejeje.

San Marino, el barco atraca en La Ravenna pero la excursión elegida fue la de San Marino aunque también paramos en La Ravenna para ver algunos lugares importantes. San Marino es algo así como Andorra pero más pequeño, hay un castillo en lo alto del principado con unas magníficas vistas, las compras son libres de impuestos y hay cosas bastante buenas, por cierto, comimos en este lugar y aunque hayan lugares con mucha fama, la mejor pizza de nuestra vida.
San Marino (Pitupo)

Después del largo recorrido hasta el barco en compañía de nuestros amigos, comenzábamos a pensar que se nos acababa lo bueno pero aún nos quedaba la última escala, una escala de la que todos hemos oído hablas muchas veces, me refiero a...

Venecia, ni que decir tiene que esta fue nuestra mayor decepción en este crucero, salimos a desayunar a la terraza del buffet que estaba situada en popa, el día estaba húmedo y había bastante niebla, nos disponíamos a realizar la excursión (Venecia por libre) en la que nos llevaron cerca de la plaza de San Marcos en lancha, tendríamos tiempo libre para visitar Venecia y a la hora establecida nos recogería de nuevo para llevarnos a la terminal donde estaba atracado el barco para recoger nuestras maletas y subirnos a los autobuses que nos llevarían al aeropuerto Marco Polo.

Nos gustó lo que vimos pero el día no estaba muy bueno que digamos, así que no fue tanto como nos habían comentado, de hecho nos defraudó un poco, pensamos que quizás algún día volveríamos y así fue pues en 2008 volvimos con la misma compañía en el Zenith y nuestra idea de la ciudad cambió por completo.

Venecia (Pitupo)
De regreso a la terminal, pasamos por delante del R6 y lo que había sido un sueño de repente se convirtió en algo indescriptible, todo lo que habíamos vivido a bordo ahora quedaba lejano y sin derecho a volver a entrar a despedirnos ni del personal ni del propio barco. Sin más, recogimos nuestras maletas, las metimos al autocar y nos marchamos con nostalgia al aeropuerto donde después de la espera habitual nos esperaba nuestro 747 que nos trasladaría de vuelta a Madrid.

Muchos recuerdos nos quedaron de este crucero y además difícil de superar pues aparte de ser el primero, fue un crucero excepcional, Nuestras cabezas planificaban el volver a realizar otro en cuanto pudiéramos y en 2006 se cumplió nuestro sueño pues navegamos por primera vez en nuestro querido Grand Mistral cuya aventura al igual que todas las demás iréis conociendo poco a poco..

Espero que todo aquel primerizo que lea esto se anime y pueda probar las bondades de este tipo de viaje, os dejo mi lema y os deseo a todos un ¡FELIZ CRUCERO!


Un saludo y a disfrutar navegando




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