Juneau. Capital de Alaska.

Juneau, con 30.000 habitantes, es la capital de Alaska y la más importante junto con Anchorange. Es de las pocas ciudades en el mundo que debe su nombre, desde su fundación en 1.881, al minero Joseph Juneau desplazado hasta allí como consecuencia de la fiebre del oro. Situada sobre la costa, se encuadra en la parte final del canal Gastineau y que sepáis que solo podréis acceder a ella bien por barco o por avión. Hicimos parada, pues la fonda ya estaba asegurada en el barco, a las 7 de la mañana. Ya llevábamos horas suficientes de sol, pues por estos lares amanece a las 4,30 de la madrugada.
Canal Gastineau
La llegada a la ciudad, cruzando lentamente el canal Gastineau ofrece unas vistas impresionantes. De hecho toda Alaska, vista desde la costa y deslizándose por su pasaje interior, ofrece la misma visión. Según vamos camino del norte, que no quiero caer en la incorrección de decir subir o bajar, tenemos la costa continental a la derecha y, a la izquierda, una sucesión continua de islas de diversas y variadas dimensiones que nos ofrecen a la vista una vegetación verde, fundamentalmente pinos, de gran densidad. De hecho, desde la misma cota de mar hasta la cima, los árboles cubren la totalidad de la superficie; si encima ésta, en su parte más alta, se encuentra nevada a pesar de ser el mes de junio, pues mejor que mejor. Es así como el sueño de mi querida ciudadana y compañera viajera se está haciendo realidad.

Nada más arrivar a puerto nos encaminamos, esta vez con excursión organizada por el barco aunque se puede hacer por tu cuenta, a visitar el glaciar de Mendenhall. Se encuentra al norte de la ciudad, a unos pocos 15 km. de distancia. Se llega al centro de visitantes para desde allí, a pie, tomar un sendero perfectamente señalizado hacia el glaciar y su espectacular cascada. Un tranquilo paseo de unos veinte minutos –sin contar las paradas para las fotos- y nos topamos a una escasa distancia de 200 metros del maravilloso glaciar. Tuvimos suerte y el sol salió tímidamente con lo que pudimos apreciar mejor la tonalidad azul del mismo y como,
desgraciadamente, bloques de hielo se desprenden para flotar sobre el lago Mendenhall. A su derecha, la imponente cascada de Nugget (Falls Nugget), que con sus más de 100 metros de altura te hace sentir en tu piel la grandiosidad de esta región. La vuelta la hicimos por otra de las vertientes del sendero, ya de regreso al centro de visitantes. Inmersos en pleno bosque, donde el humus que cubre los árboles y el propio suelo tiene un grosor de tres dedos, puedes escuchar tanto los cantos de los pájaros o, incluso lo que es mejor, el propio silencio solo truncado por los silbidos del viento.

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